viernes, 31 de julio de 2009

"Trabajar con Calidad de Vida": CONACE SUSCRIBIÓ CONVENIO CON MUNICIPALIDAD Y EMPRESA PRIVADA


CONACE SUSCRIBIÓ CONVENIO CON MUNICIPALIDAD Y EMPRESA PRIVADA


Buscan prevenir consumo de drogas en el trabajo y familia
La iniciativa considera estrategias de acción para prevenir el consumo de drogas y fortalecer las relaciones interpersonales entre los trabajadores y sus respectivas familias.
Un convenio de colaboración denominado “Trabajar con calidad de vida” se firmó entre el Conace, la Municipalidad de Los Ángeles, y la empresa Home Center, acuerdo tras el cual se pondrá en marcha un programa de prevención del uso de drogas en el trabajo y la familia. En la ceremonia de firma, efectuada en la sala de reuniones de la empresa, participaron Miguel Ángel Echeverría, gerente de tienda Home Center, Pedro Duque Ramírez, gerente de centro de distribución Maderas Sodimac y Karim Pérez, coordinadora del Conace Previene; con la firma del alcalde de Los Ángeles y del director regional de Conace Rogelio Galindo. Dafne Taropio, encargada del ámbito laboral del Conace Previene dijo que "el programa no sólo permite estrategias de acción para prevenir el consumo de drogas, sino que también fortalece las relaciones interpersonales entre los trabajadores y sus respectivas familias. La idea es que si la gente se siente plena en el lugar en que trabaja rinde mejor, bajan las posibilidades que consuma droga y se siente mejor con su familia". Cabe señalar que la mayoría de los accidentes laborales en Chile tienen relación o causa el consumo de alcohol y otras drogas. Finalmente, la profesional del Conace Previene dijo que hay buen compromiso por parte del equipo preventivo de la empresa, estando dispuestos a trabajar y entregar los conocimientos adquiridos en los talleres de capacitación, de acuerdo a la metodología del "Trabajar con Calidad de Vida".

Fuente: http://www.diariolatribuna.cl/noticias.php?p_id=17349

jueves, 30 de julio de 2009

Hablemos: Adicciones en el Trabajo

Ingresar: http://www.trabajosindrogas.com.ar/prensa/20090615/hablemos.pdf

Fuente: http://www.trabajosindrogas.com.ar/modules.php?name=Content&pa=showpage&pid=162

Razones para una política local de drogodependencias - Alfonso Ramírez de Arellano

Razones para una política local de drogodependencias
Autor: Alfonso Ramírez de Arellano Espadero ( Psicólogo )

El artículo ilustra cómo muchos de los principios que rigen la actuación sobre drogodependencias (al igual que sobre otros problemas sociales y de salud en los que las actitudes y las conductas son determinantes) encuentran en el ámbito local el medio privilegiado para su abordaje. También analiza factores de oportunidad y de necesidad de cambio de la actual situación de los municipios para que las propuestas sean plenamente eficaces.


Paradojas de la globalización
En una época en la que las grandes decisiones macroeconómicas escapan a la capacidad de control de los gobiernos, en la que la globalización se ha convertido en una metáfora del destino percibida como indiscutible, inexorable y ajena a nuestra voluntad, muchos ciudadanos vuelven su mirada hacia el ámbito local como el espacio físico y de convivencia ciudadana donde aún es posible influir sobre las condiciones que determinan la calidad de la vida diaria. El transporte, el ocio, las actividades culturales y deportivas, la amabilidad u hostilidad del medio urbano, la accesibilidad a los colegios y a los puestos de trabajo dependen, en gran parte, de la política local. Y los aspectos que no dependen de ella, como la economía y el empleo, tampoco dependen ya del propio Estado. No obstante en España llevamos varias décadas discutiendo sobre las competencias que deberían tener las comunidades autónomas olvidando que la auténtica descentralización debería comenzar por los municipios.
Nadie duda a estas alturas de la necesidad de lo que algunos han denominado “pacto local” y otros “segunda descentralización” que pasa, entre otras cosas, por una distribución mas justa y realista de los presupuestos del Estado entre las tres administraciones que lo componen. Sin acometer esas reformas será difícil que los municipios cumplan eficazmente con el papel que les corresponde jugar en el siglo XXI en relación con el bienestar social de los ciudadanos. También es cierto que, junto al incremento de medios económicos, deberían adoptarse mecanismos más exigentes de control legislativo, técnico y administrativo para evitar determinados excesos.
No hay que olvidar este contexto de debilidades y oportunidades de la administración local a la hora de valorar su capacidad de atender problemas sociales y de salud pública.
Abordar localmente fenómenos sociales complejos como las drogodependencias exige disponer de una política capaz de ofrecer alternativas en varios frentes (social, sanitario, educativo, de seguridad...). La forma más lógica de ordenar esas actuaciones es mediante la elaboración de un plan. Del análisis de las principales características de los planes integrales se deducen las ventajas de su abordaje local.


Conocimiento de la realidad
Las sociedades de los países llamados desarrollados se han vuelto cada vez más complejas. A veces, el conjunto de las necesidades sociales componen un puzzle en el que cada pieza (inmigración, drogas, menores, violencia de género, parados de larga duración) sólo es bien conocida por un sector especializado. No se consigue realizar una evaluación global científica de los programas sociales ni una valoración social y política de las necesidades. Digamos que “los árboles no dejan ver el bosque”. En esas condiciones, resulta difícil asignar recursos y establecer prioridades, imponiéndose, a veces, una lógica más propia del mercado que de la política social, lo que significa que las decisiones se toman en función de la visibilidad social del problema o de la oportunidad del programa. No es exagerado afirmar que en una sociedad tan cambiante se corre el riesgo de ofrecer una atención desigual a las propias condiciones de desigualdad.
Desde el ámbito local todavía es posible combinar el análisis de los problemas reales -en el caso de las drogas existen abundantes fuentes de información fidedignas- con las preocupaciones de los ciudadanos: “Se puede ver el bosque sin perder de vista los árboles”. Mediante el análisis de las necesidades reales del sector y de los recursos disponibles en el territorio se pueden diseñar políticas más ajustadas a los problemas reales, a las condiciones objetivas y subjetivas de cada comunidad.
Una dificultad añadida en relación con las drogodependencias y otros problemas sociales es que su representación social no siempre coincide con la realidad: “Las cosas no son lo que son sino lo que parecen”. También en este sentido el abordaje local ofrece ventajas porque, aunque no escape a la seducción de las representaciones sesgadas o simplistas, puede corregirlas mediante una mayor participación de los actores implicados, los medios de comunicación locales y la visualización de los resultados de los programas.


Contar con todos
Las drogodependencias constituyen un fenómeno social con implicaciones sanitarias, sociales, de seguridad, etc. que requieren para su correcto abordaje de un plan intersectorial.
La idea central de un plan municipal sobre drogodependencias y adicciones es la de conseguir distribuir competencias sobre prevención, incorporación social, asistencia, reducción de daños y limitación de la oferta entre las diversas delegaciones que componen el ayuntamiento. Se puede hacer prevención desde las concejalías de Educación, Deportes, Salud, Juventud, Cultura y Comunicación; reinserción desde las de Empleo, Desarrollo Local, Servicios Sociales y Participación Ciudadana; asistencia desde las de Salud y Servicios Sociales; y colaborar con el control de la oferta a través de la Policía Local y la delegación de Consumo. El resultado final será un plan municipal de drogodependencias compuesto por diversos programas que dependerán de diversas concejalías. Para que el plan funcione adecuadamente deberá disponer de un sistema eficaz de coordinación y de unos cauces formales de participación.


Participación
La participación se ha convertido en un bien escaso. Es una de las asignaturas pendientes de la administración española. A pesar de que en el nivel local se practica mucho más que en los otros, los ayuntamientos no escapan a la tendencia general. Desde los años ochenta se ha impuesto un modelo de institución municipal en el que prima la eficacia por encima de la participación. Los ayuntamientos optan por la vertiente que los convierte en entidades prestadoras de servicios en detrimento de la idea de gobierno local. Es el modelo de gestión del “bienestar social”. Pero desde hace más de una década las entidades locales han tenido que recurrir a una multiplicidad de actores (entidades sociales, empresas, asociaciones) para poder seguir prestando sus servicios, dando lugar a un nuevo modelo denominado por Brugué, Font y Gomá como “municipio relacional”. Este nuevo ayuntamiento está obligado a contar con muchos actores y a repartir el juego entre los mismos. Sólo queda por determinar cuál será el nivel de participación: informativo, consultivo o de participación en las decisiones políticas. Muchas ONG han seguido un camino paralelo, han pasado de ser asociaciones más o menos reivindicativas a entidades prestadoras de servicios. ¿Cuál será su papel en el futuro? Como entidades ciudadanas tienen derecho a opinar y a participar, como entidades prestadoras de servicios se les pide que se limiten a ejecutar los programas para los que se las contrata. “Come y calla”.
Es verdad que la participación por sí sola no garantiza la eficiencia, pero matiza los excesos de la representación, aumenta la satisfacción de los participantes y mejora la eficacia a medio plazo, sobre todo en aquellos asuntos relacionados con la salud y el bienestar social que dependen en gran medida de las conductas y las actitudes de los ciudadanos (integración, hábitos saludables, conducción de vehículos, consumo, etc.).


Coordinación
Conjugar la participación de tantos sectores, agentes e instituciones requiere un esfuerzo enorme de coordinación. Ésta es la clave del éxito de un plan municipal de drogodependencias. Para que pueda ejercerse eficazmente debe cumplir dos requisitos indispensables:
Autoridad/Legitimidad. Como los planes intersectoriales afectan a delegaciones municipales y a servicios no municipales que tienen sus propios objetivos y jerarquías, su coordinación debe estar respaldada por una autoridad superior representada, a nivel local, por la alcaldía.
Una metodología facilitadora. Desde el punto de vista psicosocial facilitar la participación tiene mucho que ver con la gestión de los protagonismos. Política y técnicamente hay que estar dispuesto a jugar un papel similar al del productor ejecutivo de una obra de teatro o de una película. El productor facilita las condiciones para la participación productiva y creativa de los demás. Hay que aceptar que liderar la coordinación de un proyecto así no implica encabezar el reparto de la película, que los protagonistas pueden ser otros.


Perspectiva comunitaria
La integración social de cualquier colectivo excluido o en riesgo de exclusión necesita programa específicos pero también requiere la voluntad integradora de la comunidad, de su sector empresarial, de sus entidades sociales, de sus medios de comunicación. Exactamente igual ocurre con la prevención ya que su misión es básicamente educadora y socializadora, y ya sabemos que... ”para educar a un niño hace falta toda la tribu, toda una comunidad”. Complementariamente es imprescindible contar con una actitud proactiva de parte de las “víctimas”. El objetivo último de la perspectiva comunitaria no consiste en diluir al individuo en la colectividad, sino en la potenciación de acciones conjuntas realizadas por individuos autónomos y libres (o que, al menos, luchan por ello). La antítesis de las drogodependencias no es la abstinencia sino la autonomía.


Eficiencia y rentabilidad
Desde la perspectiva general del bienestar social los planes integrales sobre adicciones han demostrado ser muy rentables. Cuando se consigue reducir los riesgos de padecer problemas relacionados con las drogodependencias entre los más jóvenes, también reducimos la probabilidad de padecer otros problemas evolutivos y de conducta; cuando se refuerzan los factores de protección en la educación de los niños, también se están reforzando pautas educativas saludables en el más amplio sentido de la palabra; cuando en una ciudad se promociona la incorporación social desde el ámbito de drogas, también se trabaja a favor de la integración y contra la exclusión social.
Para ello hay que intentar mantener cierta coherencia entre teoría y práctica, reconocer que los contenidos están estrechamente relacionados con los métodos. Nada más y nada menos. Si los grandes ejes transversales de la política social son temas tales como: la autonomía frente a la dependencia, la integración frente a la exclusión y la promoción de la salud frente al asistencialismo, los métodos de intervención han de fomentar la participación frente a la pasividad, la autoeficacia frente a la indefensión aprendida y el protagonismo frente a la anomia y el anonimato. Claro que una sociedad más libre, menos manipulable, se vuelve también más exigente con sus dirigentes.
Firmado: Alfonso Ramírez de ArellanoVicepresidente de la Fundación Atenea Grupo GID


Fuente:http://www.lasdrogas.info/index.php?op=InfoOpinion&idOpinion=278

miércoles, 29 de julio de 2009

Combate al consumo de drogas reduce violencia en Latinoamérica

Internacional
Combate al consumo de drogas reduce violencia en Latinoamérica
28 Julio de 2009 por Sala de Prensa

El zar antidrogas estadounidense, Gil Kerlikowske, aseguró hoy en la capital mexicana que la prevención y el tratamiento de las adicciones, particularmente del consumo de estupefacientes, “es fundamental” para reducir la violencia ocasionada por el narcotráfico en América Latina.
“Cuando se pone un mayor énfasis en la prevención y tratamiento no solo se ayuda a nuestro propio país (EE UU), sino también ayudamos a reducir la violencia” en la región, dijo el director para el control de Drogas de la Casa Blanca, quien realiza una vista a México de cuatro días.
“Si recortamos el uso de drogas también podemos recortar la violencia y el crimen en México y en Latinoamérica”, dijo Kerlikowske durante un recorrido a un centro de atención a menores adictos, donde estuvo acompañado de la primera dama de México, Margarita Zavala, y del secretario mexicano de Salud, José Ángel Córdova.
El funcionario afirmó que la política estadounidense en el combate a las drogas busca entender, apreciar y apoyar el trabajo hecho en otros países.
Comentó que en su país 20 millones de personas mayores de 12 años consumieron drogas el mes pasado y cerca de 23 millones de estadounidenses necesitan tratamiento.
“Solo el 10 por ciento de esta gente accede al tratamiento, en parte porque no está disponible, y porque la gente piensa que no lo necesita”, añadió.
La primera dama de México, Margarita Zavala, coincidió en que el combate a las drogas es fundamental porque “su consumo genera violencia, destruye familias y a la sociedad”.
En el acto Iris Vianney Velázquez Martínez, una joven paciente del Centro Nueva Vida, aseguró que es una adicta al alcohol y que con el tratamiento recibido ha aprendido a tomar sus decisiones y a no dañar a los que más quiere.
En el país hay 320 centros como Nueva Vida que además proporcionan servicios ambulatorios para la detección temprana y atención oportuna de las adicciones.

Fuente: http://www.minuto59.com/internacional/combate-al-consumo-de-drogas-reduce-violencia-en-latinoamerica/

lunes, 27 de julio de 2009

Denuncia: pruebas de drogas y alcoholemia ´sin respetar la privacidad´

FGV inicia las pruebas de drogas y alcoholemia ´sin respetar la privacidad´
El comité de empresa denuncia a la Inspección de Trabajo la medida "unilateral, que no respeta la confidencialidad" y que realiza personal no sanitario


L. B. B. VALENCIA

Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana inició ayer por primera vez "controles de alcoholemia y drogas de abuso" entre los trabajadores "relacionados con la circulación ferroviaria/tranviaria" (en referencia a maquinistas, factores de estación o responsables del puesto de mando), el mantenimiento de los trenes o de las infraestructuras e instalaciones ferroviarias. Las pruebas se realizaron desde las 9 hasta las 14 horas, de forma aleatoria, en Valencia Sud (línea 1), la estación de Palmaret en Alboraia (línea 3), el puesto de mando y los talleres de Naranjos (línea 4). Todos los trabajadores que se sometieron a los controles dieron negativo, según confirmaron fuentes sindicales. Y ninguno se opuso a que le practicaran las pruebas. Sin embargo, la polémica está servida dentro de la empresa ferroviaria autonómica. El comité de empresa de FGV presentó el lunes una denuncia ante la Inspección Provincial de Trabajo en la que no se critican los controles en sí, que aceptan, "sino las formas con las que se pretenden realizar: sin respetar la privacidad o confidencialidad de las pruebas, ni la cadena de custodia de los contraanálisis" y por "personal que no es sanitario, cuando las pruebas se refieren a la salud de los trabajadores". La primera jornada de los controles acabó dando la razón a las denuncias del comité de empresa ante la Inspección de Trabajo. Según denunció a Levante-EMV el representante del Sindicato Ferroviario-Intersindical Valenciana (SF-IV), Fernando Soto, en algunos casos "los trabajadores formaban en fila india para ir soplando, sin respetar la privacidad de la prueba, aunque tampoco se permitió a los delegados sindicales de prevención de riesgos laborales estar presentes" en estes primeros controles (en las últimas pruebas de la mañana sí se autorizó su presencia). Soto también criticó que las hojas de control de las pruebas utilizadas "no están numeradas, por lo que se pueden manipular o hacer desaparecer". Y, finalmente, que las pruebas no las realizaba personal sanitario "a pesar de que FGV tiene servicio médico propio, or lo que es más grave". Los elegidos para practicar las pruebas de alcoholemia y de drogas de abuso son dos representantes del área de auditoría y seguridad en la circulación, dos subjefes de líneas (algunos antiguos maquinistas) y una técnica de prevención de riesgos laborales. Desde el SF-IV insisten en que los trabajadores no se niegan a someterse a las pruebas, pero "exigen garantías. Y que desde el último peón hasta la gerente se sometan a ellas", reivindica Fernando Soto.


Fuente: http://www.levante-emv.com/secciones/noticia.jsp?pRef=2009072300_19_614446__Comunitat-Valenciana-inicia-pruebas-drogas-empleados

domingo, 26 de julio de 2009

Consideran a la marihuana puerta de entrada al debate de las drogas

Consideran a la marihuana puerta de entrada al debate de las drogas
Sarah Kershaw y Rebecca Cathcart
Existen defensores de la marihuana como tratamiento efectivo para ayudar a quienes luchan contra la adicción a drogas duras.

Fue como si un día se despertara y hubieran desaparecido décadas de su vida. Joyce, con 52 años, escritora en la Ciudad de Nueva York, empezó a fumar mota cuando tenía 15, y durante años fue un escape placentero, una nube protectora y tranquilizante. Entonces, se convirtió en una obsesión, en algo que necesitaba tener en el transcurso del día. Se dio cuenta que les ocultaba su adicción a familiares, amistades y compañeros de trabajo. “Llegaba del trabajo a la casa, cerraba la puerta, fumaba una bong (pipa para drogas), comía, ponía música y tenía a mi perro, y no veía a nadie hasta el otro día que iba al trabajo”, narró Joyce, quien, al igual que la mayoría de las demás personas de este artículo, solicitó no publicar su nombre completo porque no quiere que la gente se entere de su drogadicción pasada. “¿Qué clase de vida era esa? Hice eso durante 20 años”. Intentó dejarlo pero sentía ansiedad, estaba irritable, tenía insomnio y se sentía perdida. En un momento dado, se metió a la Fundación Caron, un centro de tratamiento en Wernersville, Pensilvania. Comentó que aun allí, algunos otros adictos – a la cocaína, la heroína o el alcohol – minimizaron su dependencia a la marihuana. “La realidad es que estaba enferma igual que ellos”, dijo Joyce. Ahora, asiste a Alcohólicos Anónimos, que también está abierto para drogadictos, y se casó hace poco. Fumar mota, comentó, “era una forma lenta de suicidarse”. Es típico que se piense que la marihuana, la droga ilícita más usada en el país, no destruye vidas. Como al alcohol, escritores y músicos, desde Louis Armstrong hasta Bob Dylan, han idealizado a la mota, y se la ha presentado como inofensiva o tonta en películas como “Horold and Kumar”. Y los expertos en adicciones están de acuerdo en que la marihuana no representa un problema de salud pública grave como es el caso de la cocaína, la heroína y las metanfetaminas. Sus riesgos palidecen en comparación con los del alcohol. Pero al mismo tiempo, la marihuana puede tener cinco veces la potencia de la cannabis de 1970, según el Instituto Nacional de Drogadicción. Y esta mota nueva y más potente, así como el creciente apoyo para su legalización, han llevado a un debate con frecuencia enconado sobre la adicción a la marihuana. A muchos funcionarios de salud pública les preocupa que se hayan incrementado los índices de adicción con esta marihuana más fuerte, y es potencialmente más peligrosa para los adolescentes, cuyos cerebros todavía se están desarrollando. Y los funcionarios dicen que el movimiento para legalizarla –ahora disponible con receta médica en 13 estados– resta importancia a los peligros del uso habitual. “Necesitamos ser muy conscientes de lo que estamos sacando de una caja de Pandora en esto”, señaló el doctor Richard N. Rosenthal, director de psiquiatría del hospital St. Luke Son más los adultos que se admiten ahora en centros para el tratamiento de adicciones principalmente a la marihuana y el hachís que para las de heroína, cocaína y metanfetaminas, según los datos gubernamentales más recientes de un informe de 2007 de la Administración de Servicios de Salud Mental y Abuso de Sustancias. Aún cuando el alcoholismo y la adicción a los opiáceos (que incluyen a los analgésicos y la heroína) son las dos principales adicciones del país, el porcentaje de quienes buscan tratamiento para la de la marihuana aumentó significativamente en comparación a hace 10 años, de 12 por ciento en 1997 a 16 por ciento en 2007. Los porcentajes de quienes buscan tratamiento para la de la cocaína (13 por ciento en 2007) y el alcoholismo (22 por ciento en el mismo año) bajaron ligeramente. Los defensores de la legalización de la marihuana y algunos especialistas en adicciones dicen que estas inquietudes son exageradas. Los datos de las admisiones, dicen, son engañosos porque los recopilaron dependencias gubernamentales que se oponen a la legalización; las autoridades competentes ordenaron a 57 por ciento de los admitidos que recibiera tratamiento para la adicción a la marihuana. (El porcentaje de los que se les ordenó recibir tratamiento fue más bajo para otras drogas, excepto para las metanfetaminas. El de los alcohólicos fue de 41 por ciento.) Los defensores e incluso algunos especialistas en adicciones dicen que el cannabis es un tratamiento efectivo para problemas médicos y emocionales, y que también puede ayudar a quienes luchan contra la adicción a drogas duras. El riesgo de la adicción, dicen, es menos problemático que el del alcohol y otras drogas. Por ejemplo, de las personas que habían usado marihuana, sólo nueve por ciento desarrolló adicción, según una investigación de 1999 del Instituto de Medicina de las Academias Nacionales, un organismo de investigación sobre ciencia y salud sin fines de lucro. De quienes bebían alcohol, 15 por ciento se hizo alcohólico. En el caso de la cocaína, la cifra fue de 17 por ciento y de la heroína, 23 por ciento. (Son las cifras más recientes del Instituto. Defensores y expertos en adicciones dijeron que no hay datos disponibles más recientes.) “La palabra adicción es tan fungible en nuestra sociedad, y simplemente el cannabis no encaja en esa definición pulcra, aunque se puede abusar de ella”, expresó Allen St. Pierre, director ejecutivo de la Organización Nacional para la Reforma a las Leyes sobre la Marihuana, un organismo de defensoría de la legalización. “Realmente, la ciencia ha probado, en todo caso, que el cannabis es probablemente una de las sustancias más seguras con las que podemos interactuar”. Muchas personas pueden fumar marihuana todos los días sin tener efectos negativos, dicen los defensores, al igual que muchos beben vino informalmente por las noches. Estos usuarios de marihuana no encajan en la definición clínica de adictos, que incluye la incapacidad para dejar de usar la droga, una obsesión incontrolable hacia ella y una mayor tolerancia. Javier V., de 24 años, supervisor en un parque industrial en Miami, comentó que ha fumado mota con regularidad, sin ningún problema, desde que tenía 14 años. “Después de un día muy ajetreado en el trabajo”, dijo, “llego a la casa, forjo un J y bueno, es un alivio para la tensión”. Pero también hay personas como Milo de 60 años, quien recientemente asistió a su primera reunión de Marihuanos Anónimos en Los Angeles. Comentó que empezó a fumar mota a los 13 años, y ha batallado para dejarla. También es alcohólico, dijo, pero no ha bebido ni un trago desde principios de 1980. “Estoy perdiendo cosas y personas”, dijo Milo después de la reunión. “Estoy alejado de mis hijos. He perdido dos casas, y estoy viviendo en mi furgoneta, básicamente desamparado”. Agregó: “Hay un montón de piezas, y no las puedo juntar”. Muchos expertos en adicciones dirían que el abuso en el consumo de marihuana, cuando menos, es uno más de los problemas de Milo. Y la nueva potencia de la droga ha aumentado en mucho las posibilidades de adicción, dicen funcionarios de salud pública. “Es como beber cerveza en contraposición con beber whiskey”, dijo la doctora Nora D. Volkow, directora del Instituto Nacional de Drogadicción, un organismo gubernamental, y fuerte opositora a la legalización de la marihuana. “Si sólo tienes acceso al whiskey, tu riesgo de una adicción va a ser más alto. Ahora que la gente tiene acceso a una mariguana con una potencia muy elevada, el juego es diferente”. © 2009 The New York Times

Fuente: http://www.notiarandas.com/noticias/default_oyc.aspx?id=967016

Drogas inhalantes

Domingo 26 de Julio de 2009
Editorial
Drogas inhalantes

El consumo de drogas inhalantes, es decir pegamentos y combustibles de diversos tipos, está teniendo un aumento preocupante en todo el país, y lo que es muchísimo peor, cada vez bajando más la edad de los chicos que se transforman en adictos. Se trata, como todas las prácticas de estas características, de sumamente peligrosa, de manera especial en estos casos en que los afectados son chicos de muy corta edad y también adolescentes, quienes resultan afectados en los sistemas nervioso y respiratorio.El Observatorio Argentino de Drogas de la Secretaría de Prevención de Adicciones realizó la denominada Encuesta Nacional a Estudiantes de Enseñanza Media, de la cual se desprenden datos sumamente graves con relación a lo que está ocurriendo en el país, ya que en esa franja etaria, entre 2001 y 2005 se produjo una suba de seis veces en cuanto al consumo de inhalantes de diversos tipos.Este dato, pone en la superficie el verdadero nivel del consumo de inhalantes, ya que hasta hace poco se estimaba que esta clase de drogadicción era excluyente de los que se conocen como chicos de la calle -que comienzan de ese modo para luego seguir con el paco-, pero en realidad queda demostrado con esta encuesta que la expansión ha llegado a los estudiantes de nivel medio, impactando por lo tanto en hogares de la más diversa condición social.Otro aspecto realmente peligroso de esta clase de práctica, es que la inhalación es una forma de iniciarse en las drogas muy accesible, tanto en lo material como en la manera de hacerlo, pues sólo se requiere de una bolsita y algo de pegamento, solvente o combustible en su interior, siendo sus efectos y consecuencias cada vez más graves, aunque luego es habitual que se pase a otros consumos.Si es que en realidad se quiere trabajar en la prevención de las adicciones, este fácil comienzo que es la inhalación, es hacia donde debe dirigirse el accionar conjunto de todos los actores que ocupan este escenario, del cual nadie queda exceptuado, pues aquí se incluyen tanto las autoridades de todos los niveles, como las áreas educativas y los núcleos familiares.En general, muchos padres están muy preocupados, pero no siempre accionan de la manera más aconsejable para ayudar a sus hijos, pues a veces les temen, en otras no encuentran la manera de abordar un tema tan serio como la drogadependencia, necesitando entonces de manera sustancial -especialmente en casos como los citados- de asistencia de organismos públicos, donde los educativos adquieren una trascendencia fundamental.Prevenir, asistir, animarse a actuar con un profundo sentido de solidaridad pero con muchísima firmeza y energía, es el camino a recorrer en este caso de los menores que son alcanzados por esta adicción, como así también otros que están ante la posibilidad de incorporarse a ese universo tan temido.Estar atentos, mantener constante y sincera comunicación con los docentes, no temer el contacto con autoridades, son algunas de las instancias que corresponde afrontar con firme determinación para enfrentar con las mayores posibilidades de éxito esta grave problemática de la drogadicción por el sistema de inhalación de pegamentos, combustibles y solventes al cual recurren demasiados chicos y adolescentes en la Argentina de este tiempo.Rafaela no es excepción dentro de esta perspectiva, pues en reiteradas ocasiones se han dejado trascender denuncias de chicos que inhalan pegamentos, de manera preferente en ciertos espacios verdes de la ciudad, muchas veces amparados por las sombras del lugar, o bien buscando refugio en determinados recovecos, en horarios en que resulta dificultoso observarlos desde las calles circundantes.

Fuente: http://www.laopinion-rafaela.com.ar/opinion/2009/07/26/b972601.php

“Trabajando con Calidad de Vida y previniendo el consumo de alcohol y drogas en la Empresa” CHILE

CAPREVA entrega Calidad de Vida a sus Trabajadores


Gracias a un convenio firmado entre la empresa y CONACE Los Ríos, y luego de varios meses de trabajo, se realizó el lanzamiento de la Política Preventiva dentro de esta importante constructora.


En el Hotel Villa del Río, se llevó a cabo la ceremonia de lanzamiento de la Política Preventiva de la Constructora Capreva S.A., implementada gracias a un convenio de colaboración firmado en agosto de 2008 entre la empresa y CONACE Los Ríos, a través del programa “Trabajar con Calidad de Vida” del ámbito laboral. En la actividad, estuvieron presentes el diputado Alfonso De Urresti y la Coordinadora Regional de CONACE Viviana Villalobos, junto al Gerente General de la constructora Marcelo Guzmán, el presidente del Directorio de Capreva Adrián Guzmán, y el Director Regional del Trabajo Patricio Muñoz, además del equipo preventivo coordinador, representantes de la Mutual de Seguridad, la Cámara Chilena de la Construcción y trabajadores. El diputado de Urresti destacó el lanzamiento de esta política, pues es un trabajo concreto frente a un problema que se destaca diariamente, enfatizando que la búsqueda de soluciones como la prevención, son una herramienta valiosa para mejorar la calidad de vida. “Trabajando con Calidad de Vida y previniendo el consumo de alcohol y drogas en la Empresa” es el nombre del documento elaborado por el equipo preventivo coordinador de Capreva S.A., conformado por cinco miembros representativos de los trabajadores, quienes estuvieron a cargo de elaborar la estrategia y plan de acción a seguir dentro de la constructora. Durante la ceremonia, la Coordinadora Regional de CONACE Viviana Villalobos, destacó la importancia de este documento, pues “permitirá contar con una estrategia establecida dentro de la empresa, otorgando seguridad a sus trabajadores al momento de enfrentar problemas de consumo”. “El plan de acción que se definió busca prevenir conductas de riesgo y abordar los problemas asociados al consumo de alcohol y drogas de manera integral, tanto en el área laboral como social y familiar, por medio de actividades que incluyan la educación, el deporte y la vida saludable”, manifestó la Coordinadora de CONACE. Por su parte, el Gerente de Capreva señaló que “es un gran orgullo poder ser la primera empresa constructora de Los Ríos en lanzar esta política preventiva, y poder dar así testimonio vivo de nuestro compromiso férreo con nuestro recurso más valioso, las personas. En un marco de derecho y obligaciones mutuas, la incorporación de este programa generará necesariamente un ambiente de confianza, calidez y comprensión que elevarán notoriamente las chances de poder derrotar este terrible problema, al menos en los trabajadores de Capreva S.A.” Nadie, continuó el Gerente, “puede estar ajeno al dolor que sufren muchas familias por causa del consumo excesivo de alcohol y drogas, y estimo que es nuestro deber como empresa y por ende actores sociales de relevancia, hacernos parte en la solución de esta problemática, por lo que creo firmemente que lo que estamos haciendo hoy junto a CONACE es un aporte concreto, directo y real en pos de lograr una sociedad mas armónica”. Esta es la segunda política lanzada en nuestra región, luego de Aserradero Los Coigües en el mes de mayo, donde estuvo presente la Secretaria Ejecutiva de CONACE Sra. María Teresa Chadwick. Desde la firma del convenio de colaboración, la empresa fue apoyada y capacitada por profesionales de CONACE Los Ríos, desarrollando un trabajo integral basados en las siete fases que conforman el programa “Trabajar con Calidad de Vida”.

Fuente: http://www.elnaveghable.cl/admin/render/noticia/18018

viernes, 24 de julio de 2009

Buena iniciativa en Chubut: Elaboran un proyecto para frenar el consumo abusivo del alcohol

Elaboran un proyecto para frenar el consumo del alcoholLa Directora de Prevención y Asistencia de las Adicciones de Chubut, María Paula Baudes, confirmó que están trabajando con las diferentes intendencias para regular la venta de alcohol. La especialista dijo que “la situación de la provincia es preocupante”.El consumo de alcohol en menores de edad es un tema recurrente en las dependencias sanitarias de la provincia de Chubut. “Nosotros venimos trabajamos desde la Directora de Prevención y Asistencia de las Adicciones enfocados en lo asistencial pero veíamos que necesitábamos algo más de fondo y sobre todo para trabajar con esta problemática”, explica la licenciada . María Paula Baudes.Es por eso que tomaron, como ejemplo, una normativa que se implementó en Buenos Aires y permitió crear un registro de expendedores de bebidas alcohólicas. “Esa medida ayudó a bajar los índices”, señaló y entonces comenzaron a trabajar en un proyecto para frenar esta problemática que “en la provincia es muy preocupante”.Por el momento “estamos manteniendo reuniones con un asesor y con los diferentes intendentes para ver cómo llevan ellos adelante las normativas que tiene que ver con la regulación de la venta de alcohol a menores”.Según las estadísticas cruzadas entre la Dirección y el Sedronar, el consumo de bebidas alcohólicas en menores se inicia entre los 14 y los 15 años. Sin embargo el trabajo impulsado por Baudes no se ajusta sólo a eso. “Apuntamos a una medida sanitario y es por eso que estamos evaluando incluir, dentro del proyecto, otro tipo de sustancias como pegamento”.(Fuente: http://www.lu17.com/a/2009/7/23/567cfef8-77a1-11de-b571-0013203d3072/elaboran_un_proyecto_para_frenar_el_consu_1248387310%29

Ciudades Preventivas!!!




LIBRO: SALTO Hacia.. las ciudades preventivas.




"Las drogas" no son problemas fáciles de resolver. Siempre habrá quienes tiren la toalla, pero jamás debemos aceptar el precio humano que se cobran las drogas en nuestra sociedad.Autores: Gullermo Fernández D'Adam, Andrés Samá, Juan Alberto Yaría.Colaboradores: Ernesto Gonzalez, Martín Barrientos. Carlos CPU.
GABAS Editorial


jueves, 23 de julio de 2009

Marco de referencia para la prevención (De una importantísima institución: FAD)


Marco de referencia para la prevención (De una importantísima institución: FAD)


Marco de referencia para la prevención

Introducción

Los problemas de drogas

Características problemas de drogas

Modelos de intervención en prevención

Nuestra propuesta de modelo

¿Nuestra estrategia de prevención?

La prevención educativa

Resumen


Introducción

El por qué de una relación problemática con las drogas o la causalidad de las drogodependencias, es un cuestionamiento constante y una de las demandas que surgen en cualquier grupo social cuando se habla sobre el fenómeno de las drogas.En las últimas décadas, los problemas de drogas han sido objeto de alarma y preocupación de distintos gobiernos, entidades públicas y privadas, investigadores, familias, médicos, etc. El fenómeno del abuso de drogas no es un problema aislado de una sociedad concreta sino que tiene un carácter transnacional que afecta a muchos colectivos y que requiere estrategias conjuntas tanto a nivel internacional como local desde y con todos los agentes preventivos posibles para abordarlo.Sin embargo, para comprender el alcance del problema y lograr posiciones idóneas que comprometan a todos los estratos y estamentos sociales es necesario profundizar en este tema, desmontar estereotipos sociales y objetivar el dramatismo existente en torno a los problemas de drogas. Generar un cambio de actitudes es necesario para realizar una intervención preventiva eficazLos problemas de drogasLos usos de las drogas no son nuevos, tienen el mismo recorrido y en paralelo que la historia de la Humanidad. Las sustancias, algunas de ellas actualmente en desuso, han sido objetos de constante convivencia e intercambio dentro de los pueblos y entre ellos.El significado de las drogas ha variado según la cultura y el momento histórico. Los fines de su uso han sido muy dispares, desde rituales mágicos, religiosos, terapéuticos, festivos, hasta simplemente ociosos. El significado y el sentido que se les atribuye ha determinado la relación que el individuo o el grupo establece con ellas.Según el significado atribuido se ha dignificado o se ha despreciado el uso de algunas sustancias. Ha habido periodos en los que se ha legitimado el uso de ciertas sustancias y otros en los que las mismas han sido prohibidas. Épocas en las que el consumo de ciertas sustancias se ha extendido de forma masiva en el seno de la sociedad a pesar de las prohibiciones de su uso. También en alguna de estas etapas el consumo se ha convertido en un problema para ciertos grupos humanos. Y por último, en más de una ocasión se ha experimentado terapéuticamente con una sustancia, se ha venerado su facultad curativa y al poco tiempo ha sido retirada por sus efectos secundarios y su peligrosidad para, con el tiempo, salir nuevamente a la luz con una connotación nueva: droga.Las drogas están integradas dentro de las culturas con diversos significados y funciones. Esta convivencia histórica da a entender que el uso de drogas no siempre ha sido exclusivamente disfuncional y disruptivo sino que también ha tenido un carácter funcional y benefactor, individual y socialmente, en algunos momentos y situaciones concretas de la historia de las sociedades. No se pueden entender los riesgos de las drogas sin entender los beneficios que producen y los que se le atribuyen.Hablar de la funcionalidad de las drogas en el seno de una sociedad es sumamente delicado ya que se puede interpretar fácilmente como la aprobación, el fomento de situaciones de consumo irresponsable y la banalización de todos los problemas asociados al mismo. Sin embargo, la convivencia con ciertas drogas se ha dado con la misma naturalidad que la convivencia con otros objetos de consumo cuyo uso se instrumenta con un sentido dentro de la comunidad.Cuando el significado de esa sustancia no estigmatiza ni a su uso ni al usuario, aunque la relación que algunos sujetos puedan establecer sea problemática, no tiene trascendencia en la comunidad. Esto no excluye que en otras épocas el consumo de ciertas sustancias haya implicado también riesgos.No faltan documentos de los que se deduce la preocupación sobre los efectos indeseables que produce el consumo de ciertas sustancias, donde se remarcaba el límite de lo tolerable tanto en cantidad, en forma de consumo y comportamiento social con el fin de que no se produzcan situaciones deplorables tanto para individuos como grupos.Por lo que, al margen del momento histórico, el consumo de ciertas sustancias ha supuesto riesgos claramente asociados a la vulnerabilidad del sujeto. Fragilidad en el individuo que asociada a circunstancias ambientales puede generar problemas.Lo cierto es que, cuando ha aumentado la demanda de ciertas drogas, se han incrementado los riesgos que conlleva el consumo. El origen del incremento de la demanda puede ser múltiple, pero el hecho de que se popularice el consumo de una sustancia supone muy probablemente la pérdida o banalización del significado original y, a su vez, la descontextualización de su uso.Si al hecho del riesgo asociado a los efectos que la composición de la sustancia ejerce sobre el individuo que la consume, se le suma la pérdida del significado original de la sustancia consumida y la descontextualización del uso, los riesgos de establecer una relación problemática con esa sustancia aumentan considerablemente. Esta situación se agrava cuando se extiende el consumo dentro de los distintos estratos sociales y cada vez es mayor el número de individuos potencialmente susceptibles de problemas.Si en una sociedad se tipifica una sustancia como droga con un valor nocivo y se le atribuye una peligrosidad, generando una percepción negativa que actúa como filtro, se disminuye la probabilidad de que se consuma debido al temor y recelo que provoca en algunos grupos sociales. En el caso de ser consumida, los usuarios se encuentran en una situación de mayor riesgo. Sin embargo, cuando las sustancias forman parte de la idiosincrasia de una cultura, y están socialmente aceptadas, el uso se vive con tal naturalidad que la percepción de riesgo queda disminuida hasta tal punto que sólo es palpable cuando el problema ya es muy grave.La convivencia que la sociedad tiene con las drogas socialmente aceptadas y las no aceptadas genera percepciones parciales y comportamientos muy contradictorios. Los estragos que han causado las no aceptadas, como por ejemplo la heroína o algunos derivados de la cocaína, han disminuido la percepción del riesgo que conlleva el consumo de las drogas aceptadas dentro de la cultura. Éstas, causantes también de un sin fin de malestares -a nivel individual, familiar y sociosanitario- carecen de la atribución necesaria para que se perciba el riesgo que conlleva su consumo.Otra de las consecuencias de la polarización entre las drogas aceptadas y no aceptadas es que favorecen la estigmatización de un perfil concreto de consumidor de drogas y contribuyen a potenciar la percepción de invulnerabilidad frente a los riesgos de los consumos de sustancias socialmente aceptadas.No obstante, contemplar la importancia que tiene el significado de una sustancia, la contextualización de su uso, el rol funcional y/o disfuncional que desempeñan según el momento y la construcción de la percepción social de los riesgos que conlleva consumir drogas, nos permite analizar de una manera más amplia el fenómeno del consumo de drogas del último tercio del siglo XX.Características de los problemas de las drogasEn los momentos de cambio dentro de una sociedad se agudizan las situaciones problemáticas, se intensifican situaciones que antes tenían sólo cierto cariz de potencial peligrosidad, para convertirse en ese periodo de crisis en uno más de los síntomas del mismo, en un problema real en el que se exacerban sus consecuencias negativas, como es el caso de los consumos de drogas.Por eso los problemas de drogas nunca aparecen aislados, normalmente se correlacionan con otros conflictos o ayudan a agravar otros problemas. Más que un problema en sí mismos, se producen en un contexto de conflictos tanto individuales como sociales.Las crisis de consumo de drogas que la Humanidad ha vivido tienen un aspecto común y es que su consumo está asociado a un cambio cultural, que produce una conversión de ciertas drogas en productos de consumo.Otros elementos que influyen en la génesis actual del problema, además de los cambios culturales y sociales tan vertiginosos de esta época, han sido la facilidad de las comunicaciones y de los intercambios y la progresiva sofisticación del comercio que ha facilitado el creciente comercio internacional y la creciente complejidad de redes ilícitas de tráfico. Asimismo, la existencia de amplias zonas geográficas en gravísima situación económica, social e institucional ha propiciado que extensos territorios se dediquen al cultivo de productos naturales básicos y a la producción de otras sustancias con distinto nivel de elaboración.La influencia de estos aspectos en interacción con otros como los valores predominantes de un pueblo o país, el grado de bienestar alcanzado, la presencia y accesibilidad a las drogas, la aceptación social de las mismas, la influencia de los mass-media, el grado de participación ciudadana, etc. hace que sea inevitable acudir a una visión comprensiva cuando se quiere entender fenómenos como éste, al que no se puede acceder si no se atiende a la interrelación de los distintos factores que lo conforman y a que la relación entre ellos configura la situación que entendemos como problema.Desde este punto de vista, esta última crisis de drogas viene acompañada de una globalización y homogeneización de los problemas, es decir, la mayoría de los países están afectados por los mismos problemas, aunque en cada país haya manifestaciones singulares y concretas.En estas décadas se ha extendido el consumo de sustancias socialmente no aceptadas afectando a todos los estratos sociales de alguna manera. Ha surgido de forma creciente un colectivo muy significativo con necesidad de atención socio-sanitaria debido al abuso de drogas. Se han multiplicado los delitos asociados a consumo de drogas o de personas con problemas de drogas que robaban o agredían en busca de financiación del consumo. Además se han expandido enfermedades infectocontagiosas aparejadas a ciertos patrones de consumo, como el SIDA que tiene, entre sus vías de transmisión, las prácticas asociadas al consumo por vía parenteral. Todos ellos han sido problemas de impacto internacional con sigularidades concretas en cada país, ya sea en la sustancia principal consumida o el patrón de consumo.En estos años, en la mayoría de los países, se han instrumentalizado planes de actuación en los que se ha contemplando la sensibilización de la población frente al problema. Sin embargo, el fenómeno del consumo de drogas es dinámico y cambiante y desde su eclosión hasta la actualidad ha sufrido ciertas variaciones.No sólo han cambiado los patrones de consumo sino que cada vez hay más oferta de sustancias para responder a la demanda de cualquier potencial usuario. La diferenciación entre países productores y consumidores se desdibuja cada vez más, entremezclándose la producción y el consumo en los mismos espacios.El perfil de consumidor de drogas, tan presente en la memoria colectiva, ha comenzado a perder las características inicialmente tipificadas para resurgir como sujetos socialmente integrados lejos de la marginalidad. Igual ocurre con estereotipo de traficantes de drogas, cada vez más próximos en algunos países a estratos sociales acomodados y carentes de otra práctica delictiva.El impacto del abuso es amplio en la actualidad. Puede tener efectos sustanciales en el individuo, su salud o su estilo de vida. Puede tener efectos significativamente negativos en la familia y amigos del consumidor así como en su salud y bienestar. Hay también efectos potenciales en el trabajo y en el rendimiento. Solamente debemos pensar en el número de accidentes de tráfico y sus efectos en las personas, derivados del abuso de alcohol y de otras sustancias.La violencia es otra área que aparece frecuentemente asociada al abuso de sustancias. Violencia que puede adquirir diversas formas: crímenes o actos violentos relacionados con la obtención de recursos económicos para mantener el hábito; crímenes que se cometen bajo la influencia de las drogas y violencia unida a tráfico de drogas.El coste social y personal para las personas que tienen un problema de abuso, sus amigos, familia y el impacto que tiene en las comunidades es evidente y puede ser muy destructivo. Asimismo existen costes ocultos, a menudo económicos, que se relacionan con el abuso de drogas. Estos costes incluyen el sanitario, legal, prisiones, reinserción, absentismo laboral, baja producción laboral, etc. Los costes macrosociales se pueden observar en la desorganización, el riesgo para la democracia y el estado de derecho, etc.Es muy difícil cuantificar las consecuencias personales, sociales y económicas del abuso de sustancias a escala internacional pero es necesario indicar que son significativas y preocupantes.Modelos de intervención en prevenciónEs extremadamente complicado definir una causa del abuso de sustancias. Un gran abanico de factores que contribuyen al problema ha sido definido como "condiciones" que pueden considerarse como factores correlativos que influencian el consumo y los patrones de dependencia.Los problemas de drogas no se dan nunca aislados. La existencia de otros conflictos personales y contextuales, agravan los problemas. Muchas veces se dan en un contexto de conflictos en los que las drogas aparecen como una manifestación más de situaciones complejas.Para poder comprender un poco mejor esas condiciones donde surgen los problemas de drogas, los investigadores sociales han sugerido diversas clasificaciones de aquellos factores que influyen en el abuso de sustancias.Estudios recientes sugieren tres categorías principales que agrupan estos factores: factores personales, factores interpersonales y factores culturales/sociales. Estas categorías incluyen enfoques de distinto corte teórico, donde cada uno da mayor o menor preponderancia a la influencia que cada categoría tiene en el abuso de drogas.Toda intervención está enmarcada en algún modelo de partida, de forma implícita o explícita, desde el cual se explica un determinado proceso social y se proponen estrategias concretas de actuación. Así, podemos entender un modelo como una guía que da sentido a la acción, integrándola en estrategias globales, evitando el activismo, el hacer por hacer y la pérdida de los objetivos iniciales de referencia.Nuestra propuesta de modeloNuestra propuesta tiene como punto de partida un conjunto de modelos surgidos en diferentes campos del conocimiento y de la intervención. Cada uno de ellos supone un aporte específico que puede ser útil en el ámbito preventivo, no sólo en drogodependencias sino también en la prevención de otros "problemas sociales" que afectan a la comunidad, como la violencia social e intrafamiliar, las situaciones de abandono de la infancia, los procesos de callejización, etc. En su conjunto, estos marcos de referencia se constituyen como "miradas" complementarias para entender y abordar estos fenómenos.Desde el modelo ecológico recogemos la importancia de orientar la intervención preventiva hacia la interacción de la persona y su ambiente, teniendo en cuenta los diferentes niveles que rodean a los individuos. El modelo ecológico entiende al individuo inmerso en una serie de espacios de relación más o menos cercanos, sobre los que es preciso intervenir en su conjunto, si queremos conseguir una mejora en la calidad de vida de las personas.Los distintos niveles dónde se mueve una persona podrían representarse como círculos concéntricos, donde el más cercano sería el de los espacios primarios de socialización (familia, escuela, amigos) y el más lejano sería el de las condiciones macrosociales, políticas y económicas. Todos los niveles influyen en los itinerarios vitales de la persona de forma más o menos directa, interrelacionándose entre sí, y, por lo tanto, todos tienen que ser considerados para entender un fenómeno social como el de las drogodependencias. este enfoque, la intervención estaría basada en:Potenciar las características personales que permitan una adaptación y/o modificación del entorno según las necesidades de cada uno. Intervenir en todos los niveles, desde el personal hasta el macrosocial, para potenciar los factores protectores y minimizar los factores de riesgo. Potenciar una relación coherente entre los niveles y entre los distintos agentes que intervienen en cada nivel. Por ejemplo potenciar la relación entre la familia y la escuela, entre la familia y los amigos, entre la formación profesional y las condiciones del mercado laboral, etc. Desde el modelo biopsicosocial se recoge la importancia de promover la responsabilidad individual y social en el mantenimiento de la salud, entendiendo ésta como un proceso de desarrollo continuo a nivel físico, psíquico y social.Una de las principales aportaciones del modelo biopsicosocial, en el ámbito preventivo, es el concepto de "factor de riesgo". Factor de riesgo ha sido una de las definiciones más reveladoras en el campo de la prevención, no sólo por lo que significa sino por la operatividad que conlleva a la hora de delimitar aquellos elementos, circunstancias o hechos que tienen una alta probabilidad de asociación con el consumo de drogas. Desde este enfoque se entiende factor de riesgo como aquel conjunto de circunstancias, hechos y elementos personales, sociales o relacionados con la sustancia que aumentan la probabilidad de que un sujeto se inicie y se mantenga en un consumo de drogas. Son condiciones de posibilidad que pueden confluir en un momento determinado y aumentar la vulnerabilidad de una persona respecto al consumo de drogas.No existe una causalidad directa entre los factores de riesgo y consumo, pero se sabe que la conjunción de los factores de riesgo puede despertar la vulnerabilidad en los sujetos respecto al uso de drogas y pueden generar una predisposición favorable al consumo. Las drogas son más necesarias cuanto más vulnerables son las personas. Ningún factor por sí solo puede explicar el fenómeno del abuso de drogas, pero sí la conjunción de varios, desde las demandas del entorno a factores personales.La drogodependencia podría explicarse como un aprendizaje social en una situación social, vinculado íntimamente con la propia dinámica cultural, donde las características del individuo y las de la sustancia determinan la interacción que consolida ese aprendizaje socialEl objetivo metodológico de este modelo es el de ofrecer una definición del conjunto de causas que subyacen a los problemas sociales vinculados al comportamiento humano.Desde este modelo, la prevención debería incidir en la reducción de factores de riesgo y en la búsqueda de comportamientos alternativos al consumo de drogas. La modificación del fenómeno, dentro de este marco de promoción de la salud no sería sólo responsabilidad de instituciones e instancias sociales, también pasaría por la estimulación de la participación social en el ámbito de la prevención. El modelo de competencia es también una referencia útil para orientar la intervención preventiva, ya que se centra en potenciar las capacidades de las personas y las comunidades e implicarlas en la búsqueda de soluciones a sus a sus propios problemas, favoreciendo la autogestión ante los problemas.Por otro lado, el modelo de competencia social, a diferencia del anterior, pone el interés en la conceptualización positiva de la salud y la focalización de las competencias existentes más que en los déficits de los individuos. Este modelo se centra en actividades preventivas diseñadas para promover el desarrollo cognitivo, las destrezas conductuales y socioemocionales que proporcionarán comportamientos más adaptativos y por tanto una mayor capacidad para afrontar situaciones críticas vitales. La competencia individual para la interacción social actúa como factor de protección frente al consumo de drogas por lo que es imprescindible formar a los individuos para hacerles más capaces y activos a la hora de afrontar situaciones de riesgo.Desde este modelo se pretende:Desarrollar actitudes positivas de afrontamiento, que refuercen la sensación de control y aumenten la autoestima de las personas y de los colectivos. Dotar a las personas de herramientas de análisis: definición de problemas, capacidad de abstracción, capacidad de anticipación de consecuencias. Desarrollar estrategias de resolución de problemas: habilidades de comunicación, habilidades de trabajo en equipo. Estos modelos de referencia, complementarios entre sí, se constituyen como bases teóricas sobre las que fundamentar la intervención comunitaria. Esta intervención en el ámbito de la prevención de los consumos de drogas pretende el desarrollo de los factores de protección y la disminución de los factores de riesgo, en el marco de la comunidad, y tomando la participación como motor de desarrollo personal y colectivo.La categorización de factores de riesgo y de protección no deja de encontrarse instalada en el campo de lo relativo, es decir, sirve globalmente para categorizar e intrumentalizar la intervención. Algunos profesionales asemejan los factores de riesgo y los de protección con las dos caras de la misma moneda o incluso se habla de que son una única cosa. Si detectamos los factores de riesgo que en un individuo o grupo aparecen, al intervenir sobre ellos estamos fortaleciendo a ese individuo o grupo y, por tanto, estamos promoviendo factores de protecciónCada factor de riesgo puede ser tal en una situación concreta en la vida de una persona, pero en otra circunstancia puede no ser un riesgo sino una protección, o lo que es lo mismo, en un determinado grupo ciertos comportamientos pueden ser protectores y en otro de riesgo.Durante todos los estadios del ciclo vital del desarrollo evolutivo del individuo hay situaciones de riesgo o de crisis inevitables, momentos de disfuncionalidad propios que el individuo debe afrontar en el proceso de construcción vital. Del mismo modo, con la gran cantidad de factores de riesgo determinados no existe ninguna persona o grupo social que sea lo suficientemente fuerte, seguro o maduro para encontrarse libre de riesgo.No obstante, no existe una competencia en términos absolutos, sino que se puede decir que un sujeto es competente cuando sabe hacer uso de los recursos personales y ambientales para lograr un progresivo resultado evolutivo.Dada la imposibilidad de la conexión directa y explícita entre causa y efecto del origen de los problemas de drogas, la realidad de un mercado de consumo de drogas donde la oferta variará en el tiempo según las corrientes de la demanda y la necesidad real de formar al individuo en aspectos psicorrelacionales, la prevención desemboca en un planteamiento único que debe realizarse a través de procesos de desarrollo educativo que busquen propiciar la madurez de los individuos y los grupos.¿Cuál es nuestra estrategia de prevención?Existen otros modelos que explican y proponen estrategias de actuación a la hora de abordar lo problemas de abusos de drogas, que conviven con los enfoques mencionados anteriormente y que completan las distintas aristas que tiene un fenómeno tan complejo como éste. Se impone abordar el fenómeno de las drogodependencias valorando las aportaciones de los diversos enfoques. Al margen del discurso social, se trata de una cuestión de oferta y demanda.Por lo tanto, en la lucha contra las drogas, adquieren sentido dos tipos de estrategias:Control de la oferta: Alcanza toda su razón de ser en la medida en que contribuye a la protección de la sociedad, especialmente de los grupos más vulnerables, más necesitados de ser protegidos por su carencia de garantías autónomas suficientes, como es el caso de los niños y adolescentes. Es un control que la propia sociedad se autoimpone, a través de legisladores, políticos y fuerzas de seguridad y que pretende, mediante fórmulas diversas, evitar o regular la presencia de drogas ilegales o legales. Reducción de la demanda: persigue reducir el atractivo y la función instrumental de las drogas, informando sobre sus riesgos, facilitando alternativas de vida y favoreciendo el desarrollo de personas y colectivos menos frágiles, más seguros, libres y autónomos. La reducción de la demanda se articula mediante dos tipos de actuaciones: explícitas o tendentes a mejorar las situaciones de riesgo de consumo a través de acciones formativas e informativas; transversales que, mediante la potenciación de hábitos de vida, valores y actitudes propias de una sociedad sana y madura, buscan la aparición de factores de protección frente a la oferta de drogas. Aunque, lógicamente, todos los aspectos del problema son importantes, nuestro modelo de actuación centra su actuación en el ámbito que, en el contexto del momento, interpreta como más necesario y más próximo a las posibilidades de acción: la prevención de los problemas de drogas a través de la reducción de la necesidad y demanda de las mismas. Esta estrategia, original e innovadora en un tiempo en que primaba el esfuerzo por el control de la oferta y por la atención al drogodependiente, ha sido con posterioridad ampliamente reconocida por los organismos internacionales responsables: UNESCO, OMS, Naciones Unidas, Unión Europea, etc., que están planteando de forma clara y contundente la necesidad de potenciar la prevención como la vía más eficaz de abordar este problema.Partimos pues, de un concepto, la prevención, entendida en un sentido amplio que abarcaría toda acción tendente a evitar o disminuir el consumo de drogas o a paliar los efectos que el consumo puede presentar en los consumidores, sus familias y allegados y en la sociedad en general; todo ello actuando desde y sobre la propia sociedad y sobre los individuos, buscando la potenciación de los propios recursos personales y comunitarios y la promoción de unas personas y unos grupos sociales más libres, más seguros y más solidarios ante los problemas de las drogas.Las estrategias de prevención de los consumos de drogas en el campo de la reducción de la demanda deben adaptar sus objetivos a la evolución de unos problemas de drogas que, además de darse en contextos sociales cambiantes, plantean continuamente necesidades nuevas. Esta adaptación de las fórmulas ha debido hacerse sin merma de las que se entienden como exigencias metodológicas inexcusables. La prevención debe reunir, al menos, algunas de las siguientes características:Debe ser viva: acompasándose a los cambios del contexto social. Deber ser continuada: no centrándose en acciones aisladas. Debe ser comprensiva: involucrando a distintos agentes y grupos sociales. Debe ser técnica: huyendo de actuaciones voluntaristas. Debe ser evaluable: para conocer su alcance y su eficacia. En la actualidad cuando se habla de una intervención adecuada en prevención del consumo de drogas implica la existencia de una serie de elementos subyacentes sobre los que se construye esa intervención. Uno de esos elementos constituyentes es el modelo teórico de partida, que necesariamente ha de estar validado, siendo la base sobre la que se ajustan el resto de los elementos.La prevención educativaAbogamos por un enfoque educativo de la prevención, entendiendo la educación como un proceso intencional que pretende mejorar a los sujetos. Cuanto más capacitadas estén las personas, más posibilidades de manejarse satisfactoriamente en las distintas situaciones que entraña vivir en una sociedad cada vez más compleja. Desde este planteamiento, educar para la vida, siendo un concepto a la vez tan genérico y concreto, al mismo tiempo es la propuesta fundamental de la intervención en prevención. Propuesta que se articula de forma singular según el espacio donde se desarrolle la acción.Así como no existe una única causa o factor que lleve al abuso de drogas, no existe tampoco un único enfoque o respuesta que pueda prevenir el abuso de drogas. Las estrategias de prevención tienen que relacionarse con las necesidades del individuo y el grupo y tiene que dirigirse a atender las necesidades, condiciones y factores particulares que son prevalentes. La respuesta tiene que ser sensible y apropiada al entorno, cultura y grupo diana y tener los objetivos claros con respecto a los resultados que se pretende obtener.La intervención en prevención desde el modelo educativo contempla todas las esferas educativas y todos los ámbitos posibles donde la acción de educar se concreta. Por lo tanto, trabajaremos desde los ámbitos escolar, familiar, asociativo, comunitario, etc.; ámbitos todos ellos de socialización para el individuo desde edades tempranas, lo que les confiere un papel privilegiado para la formación integral del sujeto.Por ejemplo, una estrategia preventiva que pretenda aumentar la sensibilidad sobre el tema de las drogas en la población general podrá utilizar campañas de sensibilización social a través de los medios de comunicación aunque su impacto sobre las conductas de uso y abuso de drogas no sea significativo.Si la población objetivo son niños que todavía no han usado sustancias psicoactivas, una estrategia adecuada puede estar relacionada con programas de salud y habilidades sociales para ayudar a desarrollar capacidades y destrezas que disminuirán la probabilidad de que surjan problemas de abuso de sustancias. Además, podemos desarrollar la autoestima, transmitir información, desarrollar normas subjetivas, alternativas de ocio, etc.Con población juvenil que ya está experimentando o usando drogas, las estrategias tendrán que incluir además un enfoque más pragmático e incidir en aumentar el conocimiento sobre sustancias y sus efectos y las consecuencias de su uso junto con el tema de las conductas de riesgo asociadas.Con aquella población que ya está abusando de sustancias, la estrategia tendrá que centrarse inicialmente en las conductas problemáticas y en reducir los daños o minimizar los riesgos para prevenir futuros abusos. Si la población diana son los intermediarios, como los padres, profesores, etc., la estrategia podrá enfocarse a facilitarles conocimientos relevantes sobre el tema y las habilidades necesarias y apropiadas para promover la comunicación entre sí y la población de niños y adolescentes que tienen a su alcance. También podemos desarrollar estrategias que orienten sobre la educación moral y el desarrollo afectivo de hijos y alumnos.A nivel individual podremos trabajar con los procesos de crítica y reflexión de los valores sociales, las actitudes personales y el desarrollo de las competencias de interacción social.En el grupo tendremos que favorecer el compromiso grupal entre padres y educadores, el asociacionismo y la creación y fortalecimiento de las redes comunitarias.El enfoque de prevención, por lo tanto, tiene que ajustarse para que satisfaga las necesidades de la población y los objetivos de cada intervención. Las estrategias no son únicas ni excluyentes entre sí. Necesariamente debemos combinarlas. El objetivo final es que con la intervención se reduzcan las posibilidades de abuso de drogas.ResumenEl recorrido histórico del problema y el balance de lo realizado hasta ahora confirman la idea de que la cuestión de las drogodependencias dista mucho de estar resuelta y de que probablemente no lo esté nunca. Debemos eludir tanto los planteamientos simplistas como las posiciones maximalistas, ambos dudosamente eficaces.Tenemos claro que los problemas no se solucionarán ni a través del control pleno del narcotráfico, ni con la liberación de los consumos.Sea cual sea la aproximación intelectual de la que se parta, está claro que las vías de respuesta a las drogas no son nunca ni únicas ni unívocas. Entre otras razones porque, como hemos visto a lo largo de la historia, junto al consumo de las llamadas drogas ilegales, ha aparecido el fenómeno de la alteración de las pautas de consumo de las legales (sobre todo el alcohol) que, según todos los análisis, nada tienen que ver ni con la incidencia del narcotráfico ni con la tolerancia de su oferta pública, sino con contextos culturales muy determinados, con valores colectivos y comportamientos individuales que configuran la situación real de "salud pública" en cualquier país.Como se dice en este documento, los efectos de las drogas han aparecido siempre a lo largo de la historia de la Humanidad, con manifestaciones, efectos y percepciones muy diversas que evolucionan continuamente. Las drogas, en este sentido, son un problema permanente, lo que no quiere decir que sean un problema sin solución. Lo que cambia es el modo de afrontar el problema. De ahí la necesidad continua de las tareas de prevención.


miércoles, 22 de julio de 2009

BURNOUT; para prevenir en el espacio laboral...........


El burnout puede terminar con su carrera (o su vida), ¿cómo evitarlo?
Pérdida de interés en el trabajo, irritabilidad y depresión... Algunas estadísticas señalan que el síndrome de burnout afecta a la mitad de la población. Así, mejor tome medidas preventivas antes de que sea tarde...

Por Daniel Colombo y Mónica MuruagaLa palabra Burnout (literalmente, "Quemado") puede asociarse con populares expresiones como "fundido", "agotado", "no doy más", "tirar la toalla", y hasta el infantil "no juego más", aplicado aquí con mayor rigor y sentido de un límite que se ha traspasado y que pone en serio riesgo la integridad física y emocional de las personas.El síndrome del Burnout, a veces confundido con estrés laboral, ha sido definido por los especialistas como el nuevo mal del siglo. Se trata de un proceso paulatino de pérdida del interés en el trabajo, pérdida del sentido de responsabilidad, hasta llegar, incluso, a profundas depresiones, que pueden acabar con la vida de una persona.Estudios realizados en más de una década muestran que el Síndrome de Burnout afecta, al menos, al 30 por ciento de la población en forma agravada (aunque la cifra trepa al 50 por ciento en estadíos más leves).Ahora bien, ¿cómo prevenirlo antes de que sea tarde?Medidas de prevención a nivel individual1) Darse cuenta a tiempo y pedir ayuda2) Flexibilidad ante los cambios3) Buscar un equilibrio entre la vida personal y la profesional. Mantener una misión y visión personal alineadas con la misión y visión profesional (es decir, ser más felices con nuestro trabajo)4) Realizar ejercicios sencillos de relajación5) Fijación de metas y objetivos mensurables y factibles6) Trabajar con creencias y paradigmas para flexibilizar nuestros pensamientosMedidas de prevención a nivel de la empresa1) Claridad en los roles2) Comunicación efectiva3) Clima laboral apropiado4) Reestructuraciones concientes del impacto grupal5) Trabajar la misión y visión de empresa, alineada con la misión y visión personal de los empleados6) Programas para organizar mejor el tiempo7) Programas de estímulo y reconocimiento8) Creación de espacios para conversar sobre temas personales9) Políticas claras sobre horarios de almuerzo, tabaco, viajes, horarios laborales, vestimenta, recreación, espacio físico laboral, etc.10) Implementación de ejercicios sencillos de relajación en el lugar de trabajoDaniel Colombo y Mónica MuruagaAutores del libro "Preparados... Listos... ¡OUT! – Manual para sobrevivir al estrés" (Editorial Norma)

Síndrome de Desgaste Profesional (SDP)
Publicado por Martin Stortoni Muchos artículos encontraremos en páginas relacionadas con la salud sobre esta enfermedad del nuevo siglo.El Síndrome del Quemado, o Síndrome de Estrés y Agotamiento Profesional o Síndrome de Estrés Laboral Asistencial, o burn - out / del inglés: quemarse, apagarse, fundirse un fusible (Appleton´s News Cuyás Dictionary, New York, 1966) conocido en español como Síndrome de Desgaste Profesional (SDP).Fue Christina Maslach quien empleó el concepto SEL para referirse a aquellas personas que, por estar en contacto directo o continuado con la gente, y que después de meses o años de dedicación resultaban desgastadas profesionalmente.Este Síndrome es la resultante de un desgaste emocional producto de interacciones negativas entre el lugar de trabajo, el equipo y personas con quienes se relaciona.Se caracteriza por la aparición progresiva de agotamiento físico y psíquico, con sentimientos de impotencia y desesperanza, extenuación emocional y el desarrollo de conceptos y aptitudes negativas hacia sí mismo /a, el trabajo, la vida y todo aquello que tenga relación con la cotidianidad laboral.Su principal rasgo es el cansancio emocional, la "sensación de no poder dar más de sí mismo con el consiguiente aislamiento del entorno como mecanismo de protección". La dimensión esencial es el sentimiento complejo de inadecuación personal y profesional al puesto de trabajo, que surje al percibir que no es posible dar respuesta a las demandas en la medida esperada.Esta situación puede adquirir formas evidentes o menos obvias, como sensación de omnipotencia, duplicación de esfuerzos o dedicación inagotable, como respuesta neurótica ante la amenaza inconsciente de sentirse incompetente.Me abocaré en este artículo, a describir solamente síntomas psicológicos y síntomas congnitivos.Síntomas psicológicos:- Ansiedad- Irritabilidad- Cambios repentinos del humor- Tristeza y depresión- Baja autoestima- Repliegue emocional- Hipersensibilidad- Agravamiento o desarrollo de enfermedades mentales.Síntomas cognitivos:- Incapacidad para la toma de decisiones- Bloqueo de la creatividad o evaluación de alternativas- Disminución de memoria- Dificultades en la concentraciónDesde el punto de vista preventivo, la estrategia debe estar centrada en la actuación sobre ciertas condiciones de trabajo. Puesto que el desgaste emocional proviene del contexto laboral.Mejorar la calidad de vida, implica un conocimiento de la existencia de esta enfermedad. Luego, un pensarSE en situación, para poder llevar adelante estrategias a niveles grupales e interpersonales, como la de mejorar el soporte social de compañeros /as y superiores.Incrementar la satisfacción laboral es el polo que debiera prevalecer en situaciones de crisis laboral.Martín StortoniOp. Psicólogo SocialPG de Especialización Psicología Social ClínicaOp. Situaciones de Crisis y Angustia PúblicaEspecialista en Desarrollo OrganizacionalMónica RuizOp. Psicóloga SocialEspecialista en Grupos y PsicodramaP.G. de Especialización Víctimas de Delitos SexualesSub Secretaría de Derechos HumanosBibliografía:Sandra Barilari, agosto 2008

Fuente: http://redcampogrupal.ning.com/profiles/blogs/sindrome-de-desgaste

También influye en lo laboral: Los juegos de azar; el jugador patológico y las épocas de crisis....


Ludopatía

Nombres alternativos Juego patológico o ludomanía; Juego compulsivo; Adicción al juego
Definición
Es el hecho de ser incapaz de resistir los impulsos a jugar, lo cual puede llevar a graves consecuencias personales o sociales.
Causas, incidencia y factores de riesgo
La ludopatía generalmente empieza a comienzos de la adolescencia en los hombres y entre los 20 y 40 años en las mujeres.
La ludopatía a menudo involucra comportamientos repetitivos. Las personas con este problema tienen dificultad para resistirse o controlar el impulso a jugar. Aunque comparte características del trastorno obsesivo compulsivo, la ludopatía probablemente es una afección diferente.
En las personas que desarrollan ludopatía, el juego ocasional lleva al juego habitual. Las situaciones estresantes pueden empeorar los problemas del juego.
Síntomas
Las personas que sufren de ludopatía muchas veces se avergüenzan de ello e intentan que los demás no se enteren de su problema. La Asociación Estadounidense de Psiquiatría (American Psychiatric Association ) define a la ludopatía como el comportamiento que consta de cinco o más de los siguientes síntomas:
Cometer delitos para conseguir dinero para jugar
Sentirse inquieto o irritable al tratar de jugar menos o dejar de jugar
Jugar para escapar de los problemas o de sentimientos de tristeza o ansiedad
Apostar mayores cantidades de dinero para intentar recuperar las pérdidas previas
Haber tenido muchos intentos infructuosos por jugar menos o dejar de jugar
Perder el trabajo, una relación u oportunidades en sus estudios o en su carrera debido al juego
Mentir sobre la cantidad de tiempo o dinero gastada en el juego
Necesidad de pedir dinero prestado para sobrevivir debido a las pérdidas ocasionadas por el juego
Necesidad de apostar cantidades cada vez más grandes de dinero para sentir excitación
Pasar mucho tiempo pensando en el juego, como experiencias pasadas o formas de conseguir más dinero con que jugar
Signos y exámenes
Se puede utilizar la historia y la evaluación psiquiátricas para hacer el diagnóstico de la ludopatía. Las herramientas de detección, como las 20 preguntas de Gamblers Anonymous, pueden ayudar con el diagnóstico.
Tratamiento
El tratamiento de las personas con ludopatía comienza con el reconocimiento del problema. Dado que la ludopatía se asocia a veces con la negación del problema, muchas veces estas personas se niegan a aceptar que están enfermas o que necesitan tratamiento.
La mayoría de los ludópatas comienzan el tratamiento bajo presión ejercida por otros, más que por haber aceptado voluntariamente la necesidad de tratamiento.
Las opciones de tratamiento abarcan:
Se ha encontrado que la terapia conductual cognitiva es efectiva.
Grupos de apoyo de autoayuda, como Jugadores Anónimos (Gamblers Anonymous), un programa de 12 pasos, similar al de Alcohólicos Anónimos (Alcoholics Anonymous ). Los principios relacionados con dejar el hábito (abstinencia) para otros tipos de adicción, tales como la drogadicción y el alcoholismo, también pueden ser de ayuda para el tratamiento de la ludopatía.
Se han realizado unos pocos estudios sobre medicamentos para el tratamiento de la ludopatía. Los resultados preliminares sugieren que los antidepresivos y los antagonistas opioides (Naltrexone) pueden ayuda a tratar los síntomas de la ludopatía. Sin embargo, aún no está claro qué personas reaccionarán favorablemente a los medicamentos.
Expectativas (pronóstico)
Al igual que el alcoholismo o la drogadicción, la ludopatía representa un trastorno crónico que tiende a empeorar sin tratamiento. Incluso con tratamiento, es frecuente comenzar a jugar de nuevo (recaídas). Sin embargo, los ludópatas tienen un muy buen pronóstico con el tratamiento adecuado.
Complicaciones
Las complicaciones pueden abarcar:
Problemas de consumo de drogas y alcohol
Ansiedad
Depresión
Problemas financieros, sociales y legales (incluyendo una bancarrota, divorcio, pérdida del trabajo, ir a prisión)
Ataques cardíacos (a raíz del estrés y la excitación del juego)
Intentos de suicidio
El hecho de obtener el tratamiento adecuado puede ayudar a prevenir muchos de estos problemas.
Situaciones que requieren asistencia médica
La persona debe consultar con su médico o un profesional en salud mental si cree tener síntomas de ludopatía.
Prevención
La exposición al juego puede aumentar el riesgo de llegar a sufrir ludopatía y el hecho de limitarla puede ser útil para las personas que están en riesgo.
Sin embargo, la exposición pública al juego continúa aumentando en forma de loterías, apuestas electrónicas y a través de Internet y los casinos. La intervención ante los primeros signos de ludopatía puede prevenir el empeoramiento de este trastorno.
Referencias Pathological Gambling (DSM-IV-TR #312.31). Moore DP, Jefferson JW, eds. Handbook of Medical Psychiatry. 2nd ed. St. Louis, Mo: Mosby; 2004:chap 132.
Fuente: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/001520.htm

LA MENTE DE LAS PERSONAS NECESITAN OXIGENACION PARA NO ENFERMAR

Carlos Bordoni, Couseling Internacional en el Tratamiento de Adicciones en la Universidad de Miami, comentó a La Ciudad que “a lo largo del día, son muchas las ocasiones que existen para implicarse en el juego de azar, todo está al alcance de la mano”.“Lo podemos comprobar con solo salir a la calle y detectar fácilmente agencias de juego, bingos o máquinas tragamonedasEn tiempos donde el cuidado del cuerpo interesa tanto a hombres y mujeres, y el gimnasio o los cosméticos intentan disimular tantas horas de trabajo o estudio, muchos omiten dedicarle a su cerebro una correcta oxigenación que les permita también mantenerse activos intelectualmente.El querer ser primero en cada aspecto donde uno se desarrolla tiene un costo bastante caro. Al respecto, el psicoterapeuta Carlos Bordoni comentó que “el propio stress que genera no poder satisfacer las exigencias establecidas, hace que nuestros pensamientos no se renueven ni transformen”.“Por tal motivo –agregó- la psiquis de la persona necesita oxigenación porque cuando no podemos hacer un alto en nuestras vidas es cuando aparece la enfermedad”.Una de de las enfermedades que más creció en los últimos años a causa del stress mental es la adicción sin sustancias, personas que en forma compulsiva y patológica se vuelcan al juego o las compras, entre otras cosas.que con sus luces y sonidos parecen invitar a una persona a cambiar sus vidas mediante el azar”, aseguró Bordoni.Según explicó el prestigioso psicoterapeuta, ni siquiera se puede estar a salvo dentro del hogar porque “la televisión bombardea con publicidad sobre juegos de azar y sobre los premios que nos esperan en los numerosos concursos”.“Los juegos de azar, aceptados socialmente, siempre disponibles y legalizados, provocaron que ciertas personas que no son capaces de controlar los impulsos de jugar, lo hagan de manera totalmente desadaptativa y problemática, afectando sus relaciones familiares, laborales y sociales”, remarcó Bordoni.Asimismo, se refirió a la “incondicionalidad al juego” que nace en el momento en que la persona se entrega en forma total a su adicción, sin tener la capacidad de programar cuánto tiempo va a jugar ni cuánto dinero va a gastar.Con respecto a cómo es visto un jugador patológico por la sociedad, Bordoni afirmó que “lo consideran como un vicioso, consecuencia de un espíritu egoísta y desconsiderado que hace sufrir a los seres más queridos sólo por procurarse un momento de placer y diversión, pero la realidad dice que es un enfermo, un adicto al juego, y que es una adicción muy fuerte de revertir”.“Afortunadamente las cosas van cambiando y se está generalizando una concepción más realista e integral del problema –enfatizó Bordoni- y la sociedad va entendiendo que el juego es una enfermedad”.Consultado sobre si esta problemática tiene cura o no, el especialista aseguró que, como toda adicción, no existe una curación sino una recuperación. Bordoni sostuvo que “en su enfermedad, el jugador trata de encontrar placer pero se le esfuma de las manos, trata de evitar dolor y lo aumenta; pero a partir de asumir su gran sufrimiento puede enfrentarse a la realidad y ver, desde su sentimiento de desdicha, una crisis, una esperanza”.“Los chinos nombran a la palabra crisis con dos símbolos cuyo significado son: problema y oportunidad; hay un problema que resolver y una oportunidad para cambiar”, remarcó Bordoni.Finalmente, aseguró que una de las peores enfermedades en la actualidad es “el temor al cambio” y que el hombre cree encontrar la solución a esa crisis en distintas adicciones que no implican sustancias.“Algo que hay que remarcar –expresó Bordoni- es la importancia de la familia de cualquier adicto sobre todo del jugador, la cual debe colaborar mucho en su recuperación en calidad de coadictos”.“Por cada adicto hay aproximadamente seis coadictos, es decir el núcleo de familiares y amigos que tienen una relación cercana con el enfermo, y éstos también deberán ser atendidos para aprender el nuevo rol que tienen que asumir para la recuperación del enfermo”, concluyó Bordoni.

Fuente:
http://redcampogrupal.ning.com/profiles/blogs/2227382:BlogPost:262

DIAGNOSTICO
A pesar de ser una enfermedad muy antigua, hasta 1975 no se empezó a estudiarla como tal, siendo en 1979 cuando Morán la define como juego patológico. Su reconocimiento oficial no se produce hasta 1980, cuando la Asociación de Psiquiatría Americana en el Manual diagnostico y estadístico de los trastornos mentales, incluye el juego patológico como una de sus categorías dentro de los trastornos del control de impulsos no clasificados en otros apartados (APA, 1980).
En el DSM-IV esta clasificación diagnóstica abarca cinco categorías específicas (trastorno explosivo intermitente, cleptomanía, juego patológico, piromanía y tricotilomanía) La categoría residual está bajo el epígrafe de trastorno de control de los impulsos no especificado, y se incluiría en ella aquellos trastornos del control de impulsos que no cumplen los criterios de un trastornos específicoy una categoría residual.
La OMS coincide practicmamente en su totalidad en lo referido a esta categoría en la clasificación Internacional de las enfermedades mentales (CIE-10, OMS, 1992).
Según el DSM-IV, los trastornos del control de impulsos se caracterizan por un impulso irresistible a realizar actos dañinos y se definen por tres características esenciales: Fracaso en resistir el impulso, deseo o tentación de llevar a cabo algún acto que es dañino para el individuo o para los demás; sensación creciente de tensión o de actyivación antes de llevar a cabo el acto y experiencia de placer, gratificación o liberación en el momento dde consumar el acto.
Para Echeburúa (1992), el DSM-III-R supone un vuelco respecto a los criterios diagnósticos del DSM-III. En la revisada, los criterios para el abuso de sustancias y para el juego patológico son básicamente los mismos si se sustituye el juego por la sustancia adictiva, con un énfasis especial en la pérdida de control.
La diferencia entre una y otra edición radica en subrayar los síntomas fisiológicos como la abstinencia y la tolerancia, que justifican la similitud de este cuadro con las catacterísticas esenciales de la dependencia de sustancias psicoactivas (Lesieur y Heineman, 1988).
El juego patológico, según lo anteriormente citado, podría clasificarse como una adicción no tóxica, pero la categoría de adicciones en el DSM-III-R se limita a las conductas de ingesta de alcohol y otras drogas (Echeburúa y Báez, 1991).
Según el DSM-IV el diagnóstico de ludopatía se estable cuando se cumplen al menos cuatro de las condiciones o características siguientes:
1. Frecuente y creciente preocupación por el juego o por obtener dinero para jugar, con tendencia a rememorar experiencias lúdicas del pasado y a planear nuevas actividades.
2. Jugar con frecuencia mayor cantidad de dinero o por un periodo de tiempo más largo en relación con lo previsto.
3. Necesidad de incrementar el volumen o la frecuencia de las apuestas para conseguir la excitación deseada.
4. Intranquilidad e irritabilidad en caso de no poder jugar o al intantar reducir o dejar el juego.
5. Pérdidas repetidas de dinero debidas al juego y reiteración en la conducta de juego con el propóstio de recuperar las pérdidas.
6. Repetidos esfuerzos infructuosos por abandonar o reducir el juego.
7. Aumento de la conducta de juego ante dificultades psicológicas o sociales.
8. Sacrificio de obligaciones familiares, sociales u ocupacionales para poder jugar.
9. Persistencia en el juego (incapacidad de abstención) a pesar de la imposibilidad de pagar las deudas crecientes o a pasar de otros problemas significativos (sociales, ocupacionales, legales), que la persona sabe que son incrementados por el juego.
Controversia Actual En El Diagnóstico
En el siglo XIX se agrupo al juego patológico, piromanía, cleptomanía y alcoholismo, en las llamadas "monomanías instintivas". Siendo a mediados del siglo XX cuando los manuales diagnósticos a estas mismas categorías las clasifica como en la actualidad, pasando el alcoholismo a ser una adicción, por lo que perdió ese aspecto impulsivo que tanto estigmatiza a estas enfermedades.
Hoy en día todo el mundo reconoce el aspecto adictivo del alcohol, principalmente por el carácter químico que conlleva y por la naturaleza del problema que es similar a la de otras adicciones. Denominando a éstas, drogodependencias con todo lo que conlleva científico y socialmente, no ocurriendo lo mismo con otras, que por no poseer ese aspecto exoquímico, se olvida su naturaleza adictiva, atribuyendo la causa de las mismas al aspecto impulsivo-compulsivo, con la dificultad que conlleva su conocimiento.
Aunque según los manuales diagnósticos del APA y de la OMS el juego patológico es un trastornos de control de impulsos, para la mayoría de profesionales y especialistas en la materia, la ludopatía es una adicción llamada "no tóxica", aunque
hubo un tiempo que por sus similares características con el trastorno obsesivo- compulsivo, se pensaba que era una forma de éste, denominandolo "juego compulsivo".
El mismo problema se está dando en los demás trastornos de la mism categoría y muchos otros trastornos nuevos, que por su complejidad, actualmente son difíciles de clasificar, como son los llamados, compra compulsiva, ciberdependencia, adicción al sexo, etc., e incluso algunos trastornos de alimentación.
Fuente: http://www.cop.es/colegiados/M-13641/